viernes, 25 de enero de 2008

VUELTAS Y MAS VUELTAS

Venga a darle vueltas a la cabeza que si contesto, que si explico, que si aclaro, que si digo... Al final, uno llega a la conclusión de que no. En este caso no. Creo que está todo muy claro, al menos para mi. Voy a dar una pequeña pista: cuando tengo un problema o algo ronronea en mi cabeza que me hace perder el sueño, busco la solución o la manera de solucionarlo, y la busco lo mas rápido posible. No soy una persona pasiva que se quede a esperar a ver que pasa, no soy una persona que disfrute pasándolo mal, no soy una persona que se cierre en banda, que no escuche, que no atienda o que no piense lo que va a decir; tampoco me tomo a la ligera ni a la que cae lo que me dicen, ni lo mas banal ni lo mas profundo. Pero lo que no estoy dispuesto a hacer es intentar arreglar algo que no tiene solución. Hay problemas que pueden ser livianos o sin importancia que, tarde o temprano, se arreglan; e incluso esos no me gusta dejarlos ni agrandarse ni que me corroan por dentro. Pero cuando la cuestión es distinta, cuando sabes a ciencia cierta que no hay solución posible, porque en el fondo no hay problema, evidentemente no haces nada. O quizá ya lo hayas hecho mucho antes. Quizá todo se resuma a llevar a cabo una decisión que ya habías tomado mucho antes, a hacer algo que tenías que haber hecho hace tiempo. Es algo tan sencillo como la "incompatibilidad de caracteres", lo cual no obliga a romper todos los lazos, ni mucho menos; o a dejar de sentir lo que sientes, la gente no cambia de un día para otro, ni su manera de ser, ni sus sentimientos. Todo esto simplemente lleva a otro estadio, a otro "status". Luego, la manera en que yo tenga de expresar lo que siento, o la manera que tenga de decir las cosas, o el medio que utilice para hacerlo, tiene una respuesta tan sencilla como mi forma de ver las cosas, mi forma de expresarlas, que pueden ser entendidas o que no, pero que son "my way". Y, por supuesto, no seré yo el que explique en que consiste la incompatibilidad, porque a uno aún le queda clase y no se rebaja a decir lo que si y lo que no. Una de mis filosofías en esta vida es la de "hay que ser uno mismo, y el que le guste lo que ve, bien; y el que no, también". Y eso lo aplico tanto a mi mismo, como al resto de la gente. Por último, estas son las ultimas palabras que escribo con respecto a este asunto. No estoy dispuesto a seguir con esto y a seguir dando pasos atrás. Al final, me ha salido una entrada con algo que no quería haber tocado. Pero bueno, así están las cosas.
Tenía otras historias que contar, mas amenas y mas terrenales, pero se me han quitado las ganas. Eso si, ahí dejo la frase del día: "es una enorme desgracia no tener talento para hablar bien, ni la sabiduría necesaria para cerrar la boca"

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