domingo, 30 de mayo de 2010

¡VAYA TELA!...DE ARAÑA

Imagino que esta entrada estará motivada por la actualidad existente en este curioso país. Si, habéis acertado, hoy vamos a hablar de la crisis... y la madre que la parió. Bueno, de la crisis y de algo mas. Mas bien me apetece hablar de todo lo que rodea a la crisis, o de algo de lo que rodea a la crisis. Bueno, vale, no voy a hablar de la crisis, voy a hablar del gobierno.
Y digo gobierno por llamarlo de alguna manera. Porque gobierno es aquello que gobierna, y lo que menos hace este gobierno, precisamente, es gobernar. Tal vez no debería ni llamársele gobierno porque así, en esencia, no es un gobierno. Es un grupo de gente que sale en la televisión y en los medios de comunicación, con un título otorgado por un presidente, que es el que realmente gobierna. Uys no, perdón, que hemos dicho que no gobernaba. Bueno, es un tío que está ahí con el título de presidente, pero que no gobierna, o sea, que solo preside, pero no gobierna. Un lío, ya lo sé. Pero es que todo este sistema es un lío. Es una tela de araña bien tejida con el único animo de liar a todo el mundo, que nadie sepa por donde coger el hilo de la madeja y que el chollo continúe.
Vamos a ver si conseguimos aclarar un poco esto, porque incluso yo, con lo ordenado que soy, me estoy liando solito.
Vaya por delante que no creo en las tendencias políticas, ni derecha ni izquierda. Soy de la opinión de que es buena la alternancia por una razón muy simple: los llamados "de derechas" nos sanean las cuentas, y los "de izquierdas" se la gastan haciendo obras sociales, ayudas, etc., etc. Hasta ahí va la cosa bien, es una especie del ying y el yang, unos ahorran, otros se lo gastan. El equilibrio deseado. Y precisamente en ese equilibrio está el problema. Bueno, no en el equilibrio, si no en la falta del mismo. Porque cuando un gobierno, al que le toca gastar e invertir, resulta que se gasta lo que puede y lo que no, creo que debería dejar paso a los "ahorradores". Puro sentido de la responsabilidad. Pienso que cada uno debe tener claro para lo que sirve y para lo que no. Porque lo han demostrado ambos, con creces. Así que cada uno que se ponga en su sitio. No puede ser que un gobierno que sabe, y muy bien, gastar en invertir, pretenda ahora ahorrar. No va en su naturaleza y no va en sus conocimientos. Ahorrar como lo hace este gobierno es fácil. Tanto que no necesitamos pagarles tanto para eso. La ecuación es sencilla: gastos = caja vacía = ingreso en caja. Y ahí viene el quid de la cuestión. ¿Como hago para ingresar dinero en la caja?. Aumentar los impuestos y recortar en gastos. Vale, puede ser valida la respuesta. ¿Pero digo yo, para eso les pagamos tanto? Porque eso lo puedo hacer yo también. Pienso que si los tenemos ahí es porque tienen imaginación para resolver problemas haciendo el mínimo daño a los que, al fin y al cabo, somos los que los ponemos en el cargo. El otro día decía un famoso profesor, creo que de secundaria, pero no me hagáis mucho caso; que ayudar a las Pymes sería muy buena idea. Olvidarse un poco de las grandes empresas que tienen a España como una sucursal mas, y hacer mas caso a las que tenemos por seguro que no se van a ir. Porque hay que desengañarse, este país no lo sustentan las grandes empresas ni los grandes capitales, si no los pequeños y medianos empresarios. Copiando la idea de este "profe", si rebajamos la cuota que debe pagar un pequeño empresario por la seguridad social de un nuevo trabajador, él decía del 50%, resulta que conseguimos animarle para que contrate a gente. Si tenemos en cuenta que nos ahorramos la prestación por desempleo de este trabajador y nos entra la cotización (aunque sea menos que la establecida), creo que las cuentas se sanean un poco. Claro, ahora viene un problema: ¿para qué quiere un empresario contratar a un trabajador si resulta que no tiene trabajo que sacar? Bueno, vamos a echarle imaginación otra vez analizando la situación y haciéndonos unas preguntas muy sencillitas. ¿Quien da trabajo a los pequeños y medianos empresarios? Los ciudadanos. ¿En que se basa ese trabajo? En la compra de materiales y servicios. ¿Qué hace falta para que los ciudadanos demanden esos materiales y esos servicios? Que tengan dinero para gastar. ¿Es probable que un ciudadano demande materiales y servicios si se le recorta el sueldo? No. ¡Vaya!, ¡¡¡ahí tengo yo el problema!!! Resulta que la maquinaria de la economía global la empiezan los ciudadanos. Ellos son el motor. Y el dinero es la gasolina. Anda, pues tal vez haya yo, un simple mortal, encontrado la solución, o parte de ella. Ahora vienen los del gobierno y me van a poner las pilas. Seguro que me preguntan, puestos a preguntar, ¿verdad? como diablos van ellos a aumentar la caja si no bajan los sueldos a los funcionarios, congelan a los pensionistas y suben el IVA. Pues para eso estamos, señores, para aclarar ideas. Volvamos a simplificar las cosas. Uno de los ingresos mas activos de la caja estatal es precisamente el IVA. IVA que ingresan en proporción directa al consumo. Si no incentivamos el consumo, el IVA disminuye, los ingresos por ese concepto disminuyen, la caja disminuye, los impuestos y recortes aumentan.
Sé que este siguiente apartado de la entrada daría para otra independiente, pero pienso que están relacionadas, así que continúo. Además ya estoy acelerado y para una vez que me da por escribir, pues no vamos a perder la oportunidad. Este siguiente apartado lo titularé "Los recortes y la madre que los parió".
Iniciamos con una pregunta ¿por qué coño se tiene que recortar a los funcionarios y a los pensionistas? No me vale la respuesta, con respecto a los funcionarios, de que como ellos tienen trabajo fijo, pues que se solidaricen. No me vale por dos razones, la primera porque la solidaridad debe ir en ambos sentidos, o sea que cuando las cosas iban bien, se les debía haber hecho participes de esa bonanza, y porque esa solidaridad ya está plasmada en el hecho de que paguen mensualmente por un seguro de desempleo que nunca van a sufrir; y la segunda, que son un grupo de trabajadores con los mismos derechos (oficialmente) que cualquier otro, no son el saco de boxeo en el que descargar nuestras frustraciones y nuestro mal hacer. La idea en sí, por otro lado, es incluso contraproducente. Volviendo a la idea de la primera parte de la entrada, resulta que los ciudadanos que, por tener un sueldo fijo y una seguridad, pueden ser una parte del motor de la economía (recordemos lo del motor que supone el gasto), les disminuimos la gasolina. Hay mas motivos para no recortar a los funcionarios. Uno de ellos podría ser, atendiendo a la función que ocupa cada uno, el resultado que va el gobierno a obtener al tenerlos mal pagados y, sobre todo, al tenerlos mal pagados por barbaridades que ellos mismos (el gobierno) han cometido. Un ejemplo: un profesor que ve recortado su sueldo es mas que probable que se esfuerce menos en la enseñanza (que no educación, que para eso están los padres) de sus alumnos. Un barrendero (con todos mis respetos) que ve mermado su sueldo, es mas que probable que no deje las calles excesivamente limpias. Un agente de policía mal pagado es mas que probable que deje de realizar las mismas denuncias que antes. Si, ya sé que eso es bueno para los ciudadanos en el sentido de que les tocan menos el bolsillo, pero también es un recorte en los ingresos que espera obtener el gobierno, con lo cual, como decía aquel, "las que entran por las que salen", de hecho, es mas fácil que entren muchas menos que las que dejan de salir.
Lo de los pobres pensionistas ya es que no tengo ni palabras para expresarme sin alterarme. Congelar una paga que no llega a los 1000 euros ni de lejos, cuando los altos cargos no bajan de los 4000, es algo que supera la desfachatez y la poca vergüenza. Congelar la paga de alguien que ha estado trabajando toda su vida, que ha estado buscando poder vivir con dignidad sus últimos años y disfrutar, cuando los que realmente están para servir al ciudadano tienen cochazos oficiales, casas y gastos pagados, o dietas estratosféricas, es para que la ciudadanía se subleve. Machacar y pretender que se aprieten más aún los que no pueden defenderse ni tienen otra posibilidad de conseguir otros ingresos, cuando se tira el dinero en estudios estúpidos e inservibles, en viajes de placer disfrazados de "asuntos sociales/integradores/de investigación" o como se les ocurra llamarlos, es como para llamar al creador de la guillotina y que saque a pasear su invento por las plazas españolas. Intentar hacernos creer que haber subido un 30% las pensiones en 6 años (quitando las malditas proporciones, y yendo al grano, unos 30 euros), cuando ellos malgastan el dinero en asesores (miles) con sueldazos, en ayudas a los sindicatos para que no les hagan huelga, en ministerios que ni los mismos ministros saben para qué sirven, en subvenciones a los partidos políticos que son los que luego nos hunden, y un largo etcétera de malgasto; es realmente de mal gusto.
Pero lo que si que es de mal gusto, lo verdaderamente aberrante es que, cuando un gobierno ha demostrado por activa y por pasiva su incompetencia para administrar los bienes de su país, se siga empecinando en seguir en la poltrona. Es una desfachatez sin límites intentar explicar que cuando las cosas van mal no es el momento de abandonar, cuando no es el caso, es el momento de abandonar no porque las cosas van mal, si no porque no solo no han sido capaces de solucionarlo, si no que lo han empeorado. Y lo que mas pena da es que está la tela de araña tan bien montada que no hay forma posible de meterle mano. Digo yo que cuando se vota a un partido político para que gobierne durante 4 años, no se le está dando "patente de corso" durante esos cuatro años. Que no se sientan obligados a estar ese tiempo sufriendo una crisis a 12000 euros al mes. Que de verdad entenderemos que se sacrifiquen un poco y que bajen a la cruda realidad de la calle.

martes, 26 de enero de 2010

Las clases medias

Hoy no pediré disculpas por todo el tiempo que llevo sin postear, ni siquiera daré explicaciones. Como se suele decir, a llorar a Murcia. Pero si quería compartir con los millones de lectores de este blog un texto escrito por Oscar Molina el 12 de diciembre del año pasado. Su título, al igual que el título de este post, es "Las Clases Medias". Y lo pego aquí porque estoy de acuerdo con lo que dice en un porcentaje muy muy elevado.

Paso fuera de mi casa y lejos de mi familia una media mensual de 360 horas (15 días completos), contribuyo al fisco con un 40% de mi salario; entre impuestos directos, indirectos, tasas obligatorias y demás gravámenes, trabajo más de la mitad del año para el Estado. Pago un colegio a mis hijos, mientras financio un sistema de educación pública; me dejo un turrón en una póliza de sanidad privada, pero abono religiosamente mi correspondiente diezmo para que muchos puedan tener cuidados médicos. De lo segundo no me quejo (a pesar de que nadie me lo reconozca) y de lo primero no me quejaría si no fuese porque la educación pública consiste en meter a los niños en fábricas de ignorantes donde sólo se hace hincapié en su adoctrinamiento en un conjunto de paridas sin sentido.


Muchos están peor que yo. Se levantan a las 6 de la mañana, vuelven a casa cuando sus hijos se van a la cama, conviven con la cotidiana amenaza de perder su trabajo y hacen encaje de bolillos para que el fruto de su sacrificio vital les permita llegar a fin de mes.

Y otros, de número creciente, están aún peor. Han perdido su trabajo y conservan escasas esperanzas de conseguir otro.

Todos, de alguna manera, ponemos un montón de dinero para que vosotros, que sois muchos, os alimentéis de nuestra pasta.

Porque vosotros, incompetentes ejecutivos de la nada, mediocres gobernantes de nuestro Estado central, vivís de nuestro dinero. Sois parte un elefantiásico entramado de Ministros, Secretarios de Estado, Directores Generales, y parásitos varios que contáis con un ejército de asesores, viajáis en coche oficial y reserváis Clase Preferente en vuestros viajes privados, con mi dinero. A cambio, resultáis totalmente incapaces de resolver nuestros problemas, no garantizáis nuestra seguridad ni dentro ni fuera de España, no nos protegéis del desempleo, ni prestáis servicio alguno. Sólo se os ocurren normas para coartar nuestra libertad, para vigilarnos, atemorizarnos y decidir qué es bueno para nosotros. Tomáis posesión de nuestra vida pública, privada y de nuestro dinero para complicarnos la vida, y parís normativas orientadas a seguir siendo necesarios, a no permitirnos deshaceros de vosotros.

Por si fuese poco, inventáis problemas inexistentes, enfrentáis a la sociedad reabriendo debates cerrados, legisláis para cuatro, y tenéis la jeta de pagar un sueldo a majaderas de manual sin el menor sentido el ridículo que nos hablan de “acontecimientos planetarios”. Todo con mi dinero.

Vosotros, prebostes de alguno de los diecisiete gloriosos mini-estados autonómicos, también vivís de mi pasta. Unos subidos a cuentos imposibles como la fábula de Aitor, otros mitificando a unos segadores de hace cuatrocientos años. Los demás, a rueda de éstos, os habéis montado un chiringuito de consejerías, direcciones, subdirecciones, patronatos, embajadas y demás máquinas de gastar. Con mi dinero, claro está. Usáis la pasta que yo gano trabajando para fomentar la insolidaridad y sembrar el odio a España; reclamáis la parte que vuestros inverosímiles derechos históricos os adjudican para poder aumentar la pléyade de vuestros deudos, para comprar votos con empleos a dedo. Vivís en la reivindicación permanente que haga andar a una bicicleta que se caería si parara. Vosotros, garrapatas, no resistiríais el mínimo ejercicio de competencia para la obtención de un puesto de trabajo en el ámbito privado, vuestro único mérito es haber medrado en la estructura de un partido político. Y ahora, vivís de mi dinero.

¿Y qué decir de vosotros? Sabandijas de los sindicatos de clase. Liberados del trabajo, la responsabilidad y el cumplimiento del deber. ¿Cuántos sois? Sólo en Madrid, 3200; sólo en Madrid vuestro chollo nos sale a los contribuyentes por 77 millones de euros. ¿Para qué? Para que tengáis el uniforme, el mono o la bata sin estrenar. Para que viváis de una novela en la que sois los únicos personajes, porque no representáis a nadie, sin acudir a vuestro puesto de trabajo. No tenéis afiliados, no defendéis nada, firmáis condiciones laborales de miedo para vuestros presuntos representados, cobráis un canon por los ERE´s, o lo que es lo mismo, sangráis al currito en concepto de “asesoramiento” cuando le ponen en la calle; os dedicáis a hacer política, calláis cuando miles de currantes pierden su empleo por no molestar a otros chupones de vuestra cuerda, y ejercéis la protesta asimétrica según quien gobierne. No valéis para nada, no arregláis nada, no solucionáis nada, no defendéis a nadie, algunos habéis conseguido llevar tan lejos vuestros tejemanejes que acabáis de directivos en vuestras empresas…y vivís de mi pasta.

Y no me olvido de vosotros. Engreídos “creadores”, apoteósicos mediocres del arte presunto, vividores del mérito subvencionado y subvencionable. Vosotros también vivís de mi pasta. Os señaláis la ceja para apoyar sin disimulo a quien os ha puesto en casa, alimentáis vuestra vida regalada de mis impuestos, y además me insultáis. Si no voto al partido que os gusta, podéis llamarme “hijo de puta”; si no comulgo con el Gobierno que os pone el pesebre pedís que se me encierre en un cinturón sanitario; si voto a quien no os mola, me llamáis asesino…todo eso después de que este hijo de puta, asesino y carne de sanidad progre os haya dado de comer con su dinero, a cambio de que produzcáis bodrios infumables que tratan de ganar una guerra 70 años después o que sólo sirven para que alguno pueda liberarse de sus complejos, algunos sexuales.

Habéis conseguido que todo hijo de vecino sea considerado delincuente preventivo y tenga que pagaros cada vez que se compra un teléfono móvil, una impresora, un ordenador…Habéis forzado la máquina de quien tanto os debe como para permitiros reclamar el tributo a quien se bautiza, hace la comunión, se casa o baila en la plaza del pueblo; cualquier día nos sangraréis en nuestro entierro. Vosotros, bucaneros de la creación de medio pelo, no venderíais ni uno sólo de vuestros estofados en el mercado privado, no conseguiríais financiación ni para la décima parte de vuestras piltrafas. La inmensa mayoría de los que vivís de mi contribución y de sirlarme, no seríais capaces de engañar a un inversor para que sufragase las medianías que nos colocáis. Vivís del cuento, y encima os ponéis chulos mientras me metéis la mano en la cartera. Firmáis manifiestos para los que no tenéis la menor legitimidad ni altura moral, y os auto designáis como el “mundo de la cultura”; entregáis rosas por la Paz a los asesinos, os vestís de palestinos entre playa y casino, y no tenéis una puñetera palabra para los que cayeron muertos de un tiro en la nuca, sin poder oler esas rosas que entregabais, mientras pagaban vuestros saraos y se retrataban cada vez que compraban un CD.

Todos vivís de mi pasta y sois muchos, cada vez más. Y nosotros cada vez menos.