viernes, 11 de enero de 2008

MALTRATO... OTRA VEZ


Hoy tenía algo que decir, pero navegando por la red me he encontrado esta reflexión de una mujer maltratada. No sé como he llegado a esa web, pero creo que esta mujer tiene la cabeza bastante amueblada, y es muy coherente con lo que escribe, así que me tomo la libertad de transcribirlo en mi blog:

He vuelto a leer algo que me ha roto. Otra vez. Vuelvo a leer sobre un maltratador. Y vuelvo a ver a una mujer destrozada. Y sin quererlo, vuelvo a recordar.
Y siempre son las mismas frases “sin mi no eres nada” “nadie te va a querer” “estas loca/eres una histérica/eres una mierda” “tú tienes la culpa de todo lo que me/te/nos pasa”.
Frases que la primera vez que las oyes te dan risa, pero después de años te crees a pies juntillas.
Y nada de lo que te digan hace que abras los ojos. Empiezas a establecer criterios equivocados y simplificados para poder seguir adelante, “él bueno, yo mala”, “él acierta, yo me equivoco”, “el cuerdo, yo loca” “el sereno, yo histérica”…
Y pasa el tiempo y, como el que no quiere la cosa, dejas de ir a la peluquería, te cortas las uñas a ras, para no tener que limarlas, dejas de depilarte, te vistes con cualquier cosa y, bajo tus ojos, empiezan a crecer unos círculos amoratados y hinchados, tus días son en gris y tus noches en blanco. Pero lo peor es que tu hijo, empieza a comportarse de forma distinta y tú lo ves, pero no puedes hacer nada. Empieza a imitar comportamientos y la profesora habla contigo, pero no tienes nada que decirle, ninguna excusa. Por que has asumido que lo que pasa en tu casa es lo normal. Por que querías una vida convencional y aquí la tienes. Por que crees que dejar que un niño crezca sin tener a su padre a su lado, es ser una egoísta. Por que al fin y al cabo, has oído tantas veces que estás equivocada que crees que lo mejor es dejar las cosas como están, sin tomar ninguna decisión.
Pero, irremediablemente, siempre hay una gota que colma el vaso.
Siempre llega el punto de inflexión.
Y, es que, cuando has tocado fondo, ya solo te queda subir.
Y puede ser por mil cosas. En mi caso fueron unos cuernos.
Si, me acosté con otro.
Y de pronto, abrí los ojos.
Me di cuenta que, si un desconocido era capaz de tratarme con más amor que mi pareja sin quererme, mi pareja no debía de quererme mucho… o quizá nada. Ese fue el principio del fin.
Me di cuenta de muchas cosas.
No ha sido algo fácil, ha estado lleno de dolor, de miedo… durante un tiempo dejé de salir sola a la calle… tenía ataques de pánico…
Pero como todo, si no puedes con ello, tienes que aprender a que conviva contigo.
Y lo superas, claro que lo superas, no tienes más huevos, por ti, por tu hijo, por tu madre, por tus amigos, que siempre están a tu lado… por todo.


Toda una lección para tod@s

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