lunes, 17 de diciembre de 2007

ME IMPORTA UNA MIERDA


"Me importa una mierda los labios que quieras bordar, pero con la que cae... ¿donde vas? desde que te han cerrado los tejados" Así comienza una de las mejores canciones de Marea, y así quiero empezar este post.
Con esto del frío invernal que estamos pasando, parece que "me se" está pegando interiormente. Últimamente recibo noticias que me dejan más frío que caliente. Y eso no puede ser. No quiero ni valgo para no sentir lo que ocurre a mi alrededor. Soy de la opinión que las cosas que te rodean, todas las circunstancias de tu vida, incluso las mas pequeñas, te hacen crecer como persona. Pero claro, para eso te tienen que afectar. Porque si no parece que pasas por esta vida como si fueras un trozo de carne. Los mas mínimos detalles tienen su significado y tienen su explicación. Explicaciones lógicas y, en muchos casos, inamovibles. Matemáticas diría yo. Son "principios científicos" que tienen su razón en la experiencia, en hechos acaecidos que dan validez a las teorías. Siempre he sido muy observador y muy detallista, cualquier palabra o frase pronunciada, cualquier gesto o mirada, cualquier acto que realiza una persona, puede llevarte a una conclusión. Conclusión, por otra parte, que posiblemente esté equivocada. Solo el paso del tiempo puede darte o quitarte la razón. De ahí que cuanta mas experiencia tienes en esta vida, mas difícil es que te equivoques en tus conclusiones, aunque siempre tiene cabida el error. ¿Y a qué viene todo este rollo filosófico? Pues, echando la vista atrás, recuerdas cosas y vivencias que te han ocurrido, te da por meditar en la soledad de tu habitación, y reafirmarte en tus teorías. Recuerdo una novieta que tuve hace años, y la llamo novieta porque, ahora desde la distancia, no se merecía mas. Fue una relación corta, pero intensa para mí. Vamos, que me enfrió mucho el corazón y me calentó la cabeza. El caso es que esta muchacha había terminado una relación hacía poco tiempo, con un personaje de la farándula nocturna, famosete en el circulo local y, podríamos decir, provincial. El caso es que me contaba que había sido infiel con él, que él también lo había sido (la noche ya se sabe, que te confunde), pero que solo había sido por ese motivo. Que ella no era así. Aquí el menda, tonto de las narices, la creyó como si fuese la Biblia, el dogma de fe que se dice. Y tardó poco en clavármela atravesada. Además con nocturnidad y alevosía. Con el paso del tiempo pensé que la persona que es infiel en una relación de pareja una vez, lo es siempre. Pero mira por donde, hace unos años, ocurrió otro hecho que, si bien había infidelidad, no lo era conmigo. Harto difícil, por otra parte, teniendo en cuenta que era un amiguete con su mujer. Yo solo fui un "escuchador" de sus problemas y sus paranoias. La neurona solitaria que se puso a pensar y a meditar. Y que en un momento dado se hizo una pregunta bastante lógica: "Si este pavo es infiel con su mujer, madre de sus hijos, con la que ha compartido mucho de su vida y a la que, según dice, quiere pero no ama, ¿qué le impide algún día ser infiel a su amistad, a su trabajo, en su vida? En definitiva, ¿qué le impide ser infiel a si mismo?" Porque una cosa está clara, las palabras fidelidad, fe, fiar, tienen una misma raíz. ¿Por qué debería fiarme de una persona que es infiel? "Paranoias mías" me dije...hasta que me la clavó, aunque no atravesada. Conclusión: esta "ley científica" se cumple. Cuando observas que eso mismo ha ocurrido en otras ocasiones con otras personas, el grado de acierto es bastante alto. Todos sabemos que si conoces a un ladrón, aunque sea amigo, amiguete o conocido tuyo, lo más fácil es que en algún momento de tu vida te robe. Un violador tiene un porcentaje muy alto de que cometa una violación. Hay cosas que, como he dicho al principio, son inamovibles. Y hay detalles que hay que tener en cuenta, porque te dan una pista de lo que puede ocurrir en un futuro, lejano o no.
¿Todo esto a qué viene?, se preguntará algún curioso y, por otra parte, escaso lector de estas líneas. Pues a que uno se está llevando muchos palos últimamente. Que voy a tener que hacer caso a una frase de una canción de Marea: "que la vida es muy puta y yo me he vuelto muy malo". Que uno se da cuenta que, en esta vida, cuando peor eres, mejor te va. Cuanto menos das, mas recibes. Y cuanto mas listo andas, menos tonto te creen. Por supuesto, hay que alcanzar el equilibrio justo para ser bueno sin ser tonto y ser malo sin ser un hijo de puta.
Sigo en mi fase de muda, como las serpientes, y ya veremos que nueva piel me nace. Veremos si escamosa o suave. Seca o húmeda. Dura o blanda. Sea cual sea, seguro que creceré interiormente.

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