viernes, 28 de diciembre de 2007

CAMBIOS


Bueno, lo prometido es deuda. En su día dije que iba a realizar cambios en mi vida, algunos importantes, otros no tanto, y ayer tomé una decisión meditada. Hacía tiempo que venía dándole vueltas a cambiar de aires y, tras hablar con un compañero de Zaragoza y asegurarme éste que allí se trabaja y bien en lo mío, decidí pedir destino allí. Este compañero ha hablado ya con los jefes y les ha convencido para que me den el destino, a realizar la misma faena que hago aquí. Cambio de ciudad, cambio de compañeros y cambio de clima, que no veas el frío que hace en Zaragoza. Pero creo que cambio a mejor. Allí tengo algo de familia y como ciudad ofrece mas posibilidades que aquí. Visitas breves y puntuales a este mi hogar y a empezar, si no de cero, si de cinco. A ver que tal soy como hijo adoptivo de Zaragoza, única palabra en el mundo que se acentúan todas sus sílabas.
Por otra parte, he ido al médico a que me digan si estoy bien o no, con un sobre bajo el brazo con los resultados de la analítica que me hice el otro día, justo después de la comilona de Nochebuena y Navidad. Eso es valor. La calificación, según la doctora, notable alto. O sea, que estoy mas fresco y mas sano que una lechuga. Ya sé que no es buena noticia para cierta gente. Pero ¿qué queréis que os diga? Voy a seguir dando guerra por mucho tiempo. No es que sea buena noticia para mí, para alguien si será, pero para mí no. En mi espiral de autodestrucción no entra el estar sano. No entra tener el colesterol en su sitio, el azúcar y el hígado también. No. No entraba en mis planes. Algo estoy haciendo mal. Tendré que machacar un poco mas este cuerpo y darme mas a la mala vida. O buena, según se mire. Seguiremos con los cambios.

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