sábado, 2 de febrero de 2008

VIANDAS


Bonita visita la que recibí anoche en casa. Dos amigos a los que quiero un montón, cena amena y charla de todos nuestros avatares desde la última vez que nos vimos, ya hace tiempo. Es reconfortante ver que, aunque hace tiempo que no ves a tu gente, aunque hace tiempo que no hay contacto, las cosas siguen igual, o sea, bien. Es curioso ver como la gente se interrelaciona, como se crean vínculos entre gente distinta y, al mismo tiempo, parecida. Una pareja joven y entrañable, si señor. Muy buena gente y, en definitiva y usando vocabulario rural, muy majos.
Esta mañana, despertar con ciertas agujetas por lo de ayer, y uno de los mejores momentos que se pueden disfrutar en una cama: acurrucado una hora y pico al calor de las sábanas. Interrumpido por una conversación vía sms entre una vieja aunque joven amiga. Siguen los vínculos, aunque los de ella mas intensos que los míos. Ley de vida.
Y para comer, un pedazo cocido de los que revitalizan cuerpo y mente de una manera natural. De primero sopa de letras. Y sopa, por otra parte, extraña. Si es que hay cosas que solo me pasan a mí. Me he puesto a jugar, como cuando era un chiquillo, a ver que palabras se formaban en la cuchara. Y mira tú por donde que se han formado dos, despues de muchos intentos. La primera,
"incontinencia" y la segunda "especímen". Lo cierto es que me he quedado traspuesto meditando sobre las casualidades de las sopas. Ya ves, uno se distrae con cualquier cosa. Me ha sacado del trance el segundo plato del cocido, garbanzos peleones con su buena ración de carne, verdura, chorizo y zanahoria. Me he puesto hasta las cejas. A este paso, para el verano no me entra el bañador del año pasado. Pero eso si, que me quiten lo bailado... o quizá sea mas coherente decir que me quiten lo comido.
Frase del día: "una mesa bien servida no ha de ser forzosamente de nogal"

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