domingo, 17 de febrero de 2008

LA ROTONDA ES UNA TOMBOLA


Hoy voy a hablar de las rotondas. Las malditas rotondas. O quizá sea mejor las malditas formas de conducir dentro de una rotonda. A ver si ponemos un poco más de luz a las dudas que existen o si acabamos de liarla.
En primer lugar, según la Dirección General de Tráfico (DGT), y basandose en la norma general del Código de Circulación, aquel que circule por el carril de la derecha, tendrá preferencia sobre el que circule por la izquierda. Esta norma solo tiene una excepción, salvo cuando exista señal que indique lo contrario, y cuando se circule dentro de una rotonda. O sea, el que está dentro de la rotonda, tiene preferencia sobre el que va a entrar en ella, el cual siempre lo hará por la derecha.
Hasta ahí todo está claro. Yo voy por el carril de la derecha dentro de una rotonda, tengo preferencia siempre con respecto al que va por el carril de la izquierda.
Ahora vienen los peros y los problemas. Primero, el hecho de ir por el carril de la derecha, no me da vía libre para cambiar de carril y así hacer la maniobra lo mas recto posible. No tengo prioridad en ese caso. Con lo cual, si quiero realizar esa maniobra, debo mirar antes a ver si viene alguien. Porque está claro que si voy yo solo, es mas comodo y mas fácil tomar la rotonda lo mas recto posible. No hay problema en eso. El problema viene cuando quiero tomar la rotonda lo mas recto posible, invadiendo el carril izquierdo, y hay otro vehículo que está circulando por ese carril.
Segundo problema. Cuando entro en una rotonda, debo observar que no hay nadie circulando por ella o, en su defecto, que el hecho de mi incorporación no va a producir ningún incidente como puede ser un frenazo o un golpe. No vale el decir "como estoy dentro de la rotonda, ya tengo preferencia". Cuando te incorporas a la circulación de cualquier vía, debes hacerlo adecuando tu velocidad a la que ya existe en dicha vía, y teniendo en cuenta que no eres el único que tiene coche y lo utiliza.
Tercer problema, y causa de la mayoría de golpes en las rotondas. Si visualizamos mentalmente una rotonda, es fácil distinguir, basicamente, cuatro salidas: derecha, de frente, izquierda, y detrás (cambio de sentido). La norma nos dice que, circulando por el carril de la derecha, siempre tendremos preferencia. Cierto, pero ahora pregunto yo: ¿si vamos a salir por la izquierda o por detrás, no será mas lógico ir por el carril de la izquierda? ¿No facilitamos de esta manera la salida de la rotonda a los usuarios del carril de la izquierda? Pienso que es una manera de agilizar el tráfico ya de por si saturado, y de facilitar la circulación al resto de usuarios. Al fin y al cabo, es la finalidad de las rotondas. Porque, si todos nos vamos al carril de la derecha, al objeto de tener siempre preferencia y no tener la culpa en caso de accidente, ¿para qué diablos queremos entonces el carril de la izquierda dentro de la rotonda?. Y, ¿para qué queremos también el carril de la izquierda en la vía de acceso a la rotonda?. Porque si nos vamos todos al carril de la derecha, el de la izquierda deberíamos quitarlo, o dejarlo como carril-bus. Total, que el acceso a una rotonda se encontraría saturado y congestionado por culpa de la rotonda, cuya finalidad es agilizar y descongestionar el tráfico. Suena paradójico.
El tema de la circulación es muy sencillo dentro de su complejidad. Se trata de agilizar al máximo el traslado de personas y/o cosas. Se trata de evitar en lo posible las molestias que pueden devenir de tener que conducir un vehículo. Por ejemplo, cuando vamos por una vía, con circulación lenta o muy lenta, y nos encontramos a vehículos que intenta incorporarse a la misma, como norma general, y aunque no tengan preferencia, dejas pasar a algún que otro vehículo, al objeto de facilitarle la tarea y descongestionar esa vía de acceso. Hagamos lo mismo con las rotondas. Si vamos a girar en una rotonda, procuremos impedir en lo posible la salida de la misma a otros usuarios. No cerremos con nuestra circulación las salidas, mas que lo necesario. Es más, si circulamos por el carril de la izquierda, siempre facilitaremos el acceso a la rotonda por el carril de la derecha a otros usuarios.
Cuarto problema. Durante la circulación en las rotondas solo se debe señalizar la salida de la misma. O sea, solo usaremos el intermitente derecho, cuando vayamos a salir. Yo ya no digo que lo hagamos siempre. Si el hecho de salir de una rotonda no tiene ningún efecto en el resto de los conductores, se puede tolerar el no hacer uso del intermitente. Incluso se puede intuir quien va a salir y quien no. Si un conductor, circulando por el carril de la derecha, va a seguir por ese carril girando en la rotonda como si fuera el tren de la bruja, no es necesario que ponga el intermitente izquierdo, aunque si es de agradecer que lo haga. Hasta ahí, todos de acuerdo. Pero, ¿por qué extraña razón, hay conductores que ponen el intermintente derecho cuando van a seguir girando por la rotonda? ¿Qué mueve a algunos a poner el intermitente izquierdo cuando salen por la derecha? Solo veo dos razones: ganas de putear el resto de conductores, o jugadores al despiste.
Conclusión, que la circulación en las rotondas es muy sencilla y muy complicada al mismo tiempo, solo depende de nuestro sentido común y de nuestra solidaridad como buenos conductores. Conciencia vial es lo que nos hace falta a la mayoría.
Por último, recuerdo una discusión familiar sobre este tema, en la que, uno de los que defendían a capa y espada la circulación por el carril de la derecha siempre, acabó sentenciando: "tú sigue conduciendo por la izquierda en las rotondas, y verás como tendrás mas de un accidente y, además, serás el que tenga que pagar", a lo que yo respondí: "sí, pero prefiero hacer eso, a circular por la derecha para girar toda la rotonda, y provocar ese accidente, aunque no sea yo el que pague, pero si el culpable moral".
Frase del día, y considerada la mas famosa en la historia del cine: "francamente querida, me importa un bledo"

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