martes, 19 de febrero de 2008

ESTILISMO ELITISTA


Hoy he ido al peluquero. Me hace gracia el tipo. Resulta que no se hace llamar peluquero, si no "estilista". Vamos por partes. Por un lado, el tío se lo trabaja. Quiero decir, que no te hace un corte de pelo y ya está. Se fija en como te va a quedar mejor, que si corto más aquí, que si corto menos por allá. Pero, por otra parte, al fin y al cabo, lo único que hace es cortarte el pelo. Basicamente. Con estilo, pero corte de pelo al fin y al cabo. También es de destacar el precio que te cobra, hay si que es un estilista. O deberíamos llamarlo elitista. Mención aparte el lavado de cabeza (literal) que te hace una de sus ayudantes. La verdad es que a la chica se la mira de otro modo cuando acaba. Al principio, una chica normal y corriente, pero cuando pone sus manos en tu cuero cabelludo y, aparte del lavado, te hace un masaje, nada vuelve a ser igual. La percepción que tenías de ella cambia. Ahora la ves como una diosa capaz de hacerte sentir sensaciones límite. Te levantas de la silla donde te han lavado el pelo, y te diriges a la silla del peluquero/estilista a que acabe la faena con sus retoques por doquier, y lo haces turbado, mirando a la niña en cuestión e interrogandola con la mirada "¿pero qué me has hecho?".Hay que ver que simples somos los hombres.
Solo un aviso para navegantes: quedan tres días para que den comienzo las fiestas. Ojo avizor y tened el cuidado que yo no voy a tener. Porque, este año, voy a seguir las dos máximas de cuando era bastante más joven, a saber: "hoy voy a beberme todo lo que me coja" y "quien dijo miedo habiendo hospitales".
Frase del día: "ven, y deja que esta noche la gobierne yo, pide mañana al jefe, baja por diversión"

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