jueves, 12 de junio de 2008

MODAS Y MODOS


Quien esté medianamente informado y le interese el mundo de la moda, sabrá que la semana pasada murió Yves Saint Laurent. Considerado uno de los mejores, si no el mejor modisto del mundo. No soy yo muy seguidor de las modas, la verdad. Entre otras cosas, porque lo malo de la moda es que siempre pasa de moda. Pero no es de modistos y modistas de lo que quería yo escribir hoy, o por lo menos, de de Yves.
Hay una afirmación que dice que todos los modistos son gays, homosexuales, maricas... o como quieran llamarles. No sé si esto será cierto, aunque en apariencia diría que si. Lo que si está claro es que son misóginos. Crean moda dirigida a un tipo de mujer lo mas andrógina posible. Con escasos pechos, escasa o nula cadera, piernas esqueléticas... Cuando por todos es sabido que la mujer real no es así, gracias a Buda. Mi opinión es que odian a las mujeres tal y como son, odian su aspecto normal y natural, y por eso intentan cambiarlas desde los vestidos que crean, desde la moda.
Por otra parte, la moda dirigida a los hombres se está feminizando cada vez mas. Quizá no tanto en la ropa como en las costumbres, que al fin y al cabo es lo que es la moda. Recuerdo hace un tiempo que, hablando con una moza tan rica en ir a la moda, como pobre en lo referente a amueblar el cerebro, no hacía mas que alabar y elogiar todo lo que estaba de moda con respecto a los hombres. "Que se depilen es lo mas sexi que hay", "me encanta un hombre cuando se maquilla y se recorta las cejas", "las cremas les sientan mejor a los hombres que a nosotras", y un largo etc. de afirmaciones que prefiero olvidar, que de hecho he olvidado. Lo que si no olvidaré es cuando le dije que yo, ni depilarme, ni recortarme, ni maquillarme ni encremarme. Eso si, aseado es uno como el que mas. Con una mezcla de desprecio y falsa superioridad me soltó: "pues si no te depilas, no ligarás nunca". A lo que yo le contesté con una sonrisa de oreja a oreja: "bueno, con chicas como tú no, pero es algo que no me preocupa lo mas mínimo". Entre las carcajadas de los que allí estaban y mi sonrisa irónica, a la moza le dio por reírse también, hasta que, según parece, mis palabras consiguieron llegar a su cerebro y consiguió, tras unos segundos, asimilar lo que le acababa de decir. Fue allí cuando se le agrió el semblante, enmudeció asombrosamente, y dio por zanjada la discusión. Cosa que agradecimos todos, dicho sea de paso.
Frase del día: "la belleza que atrae, pocas veces coincide con la que enamora"

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