miércoles, 23 de abril de 2008

DIAS DE VINO Y ROSAS... Y LIBROS


Hoy es el día de San Jorge. El día del libro y de la rosa. Bueno, el día en que se regala un libro y una rosa. Yo, por no ser menos, regalo ramos y ramos de rosas, y bibliotecas y bibliotecas de libros. todo ello virtualmente, por supuesto, que para eso estamos inmersos en este mundo virtual, y para eso está uno temblando en lo referente a materia económica.
He estado leyendo la entrada de hoy de un compañero y sin embargo amigo. Curiosidades las que suele explicar de vez en cuando. Pero la de hoy me ha llamado la atención, en parte. Hablaba este sujeto y sin embargo compañero, de que por lo general, el hombre es mas patoso en cuestiones domesticas; y que, gracias a que no fue así en una ocasión, se inventó la tirita. Bueno, la explicación es mas complicada y podéis leerla aquí.
Me ha llamado la atención esta cuestión, no la de la tirita en sí, que también, si no en lo que ocurre cuando las historias son al revés. Me ha recordado lo que suele ocurrir con los hombres y las mujeres en su vida en general y lo que, en parte, tienen que ver con la vida en pareja, o mas bien con como se forman algunas parejas, o por qué se forman algunas parejas. Lo normal, y todo ello por motivos culturales, sociológicos y, posiblemente también humanísticos, es que el hombre soltero sea un ser extraño, errante, vacilante, un poco cabeza-loca, y que dé la impresión que ha perdido el norte. Mas bien que nunca ha conocido el norte. Todos estos detalles, sumados a otros que no viene a cuento detallar, encienden en la mujer la bombilla del deseo, deseo acompañado de la necesidad de reconducir la vida de estos seres, en mayor o menor medida perdida. Evidentemente, son muchos mas los factores que producen atracción.
Ahora digo yo, ¿qué pasa cuando es la mujer quien sufre de estos, llamémosles trastornos? ¿Qué clase de pareja se forma con dos seres extraños, errantes, vacilantes, cabezas-locas y con el norte perdido? Pues la respuesta la deberíamos buscar en un símil físico. Los polos opuestos se atraen, y los polos iguales se repelen. Y si juntas dos polos iguales, quizá no se repelan, pero tampoco funcionan. Desengañémonos, por lo general, es la hembra quien reconduce al macho por la senda de la virtud. Un macho rara vez conseguirá reconducir a una hembra. Pero claro, para reconducir a un macho, la hembra debe carecer de los anteriormente citados trastornos.
Frase del día: "hay tres clases de personas, las que saben contar y las que no"

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