Esta mañana ha fallecido mi jefe. Ya sé que dicho así puede sonar como algo frío. Los jefes son unos seres que están ahí, por encima tuyo, que habitualmente te putean, o si no lo hacen, crees que así es. Son seres a los que criticamos siempre y a los que miramos mal, están en un escalón superior y ya se sabe, es obligatorio mirarles de reojo. Por suerte, mi jefe no era de ese tipo, algo muy raro de ver, y mas en la empresa en la que trabajo. Mi jefe era el jefe porque estudió mas, unicamente por eso. Alguien tenía que mandar y fue él. Por otra parte, nadie mas idóneo para ello, debido al amplio conocimiento de su trabajo, complicado en su base, muy complicado en el nivel en el que se movía él. Pero no es solamente que fuera el mas idóneo, no solo fué el que estudio para jefe, no solo tenía mucha experiencia en la materia, es que encima era un AMIGO. Alguien que en más de una ocasión puso en juego su pellejo para salvar el nuestro. Alguien que se preocupaba, por encima de todo, de su gente. Hasta el último momento. Podría estar escribiendo acerca de él durante horas, contando mil y una batalla, mil y una anécdota, mil y una situación en la que demostró con creces su amistad y su profesionalidad. Pero no creo que sea el momento, eso me lo reservo para mis compañeros, esas historias son nuestras y entre nosotros las recordaremos. Jefe, el cancer ha podido contigo, pero sigues estando con nosotros, te llevaremos siempre en nuestros corazones, seguirás con nosotros. Hasta siempre.
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